Había una vez un gato muy especial llamado Hierro. Era diferente a los demás gatos porque tenía piezas mecánicas y engranajes en su cuerpo. Esto hacía que fuera más fuerte y rápido que cualquier otro gato, pero también tenía un problema: sus piezas estaban oxidadas por el tiempo y le costaba cazar ratones.
Hierro se sentía triste porque no podía atrapar los ratones que tanto le gustaban. Pasaba horas persiguiéndolos, pero no lograba cazar ninguno. Un día, decidió pedir ayuda a su dueño, un anciano amable que lo cuidaba con mucho cariño.
- Dueño, ¿podrías ayudarme a lubricar y engrasar mis piezas? - preguntó Hierro con tristeza.
- Claro que sí, mi querido amigo - respondió el dueño con una sonrisa.
El dueño tomó algunas herramientas y comenzó a trabajar en Hierro. Lubricó y engrasó cada una de sus piezas hasta que quedaron como nuevas. Hierro se sintió más liviano y ágil que nunca antes.
- Gracias, gracias, gracias - dijo Hierro emocionado.
Desde ese día, Hierro salió a cazar ratones con mucha energía y entusiasmo. Ya no le costaba atraparlos, era tan rápido y ágil que los ratones ni siquiera tenían tiempo de escapar. Hierro estaba feliz porque comía de sobra todos los días ratoncitos.
Un día, mientras cazaba en el campo, se encontró con un ratón muy astuto que logró escapar de él varias veces. Hierro no podía creer que un ratón tan pequeño pudiera ser tan rápido y ágil como él. Pero en lugar de rendirse, decidió poner en práctica todas las habilidades que había aprendido a lo largo de su vida.
Comenzó a correr más rápido, a saltar más alto y a perseguir al ratón con mucha astucia. Finalmente, después de una larga persecución, logró atraparlo. Hierro estaba muy orgulloso de sí mismo, había demostrado que era el mejor cazador de ratones del mundo.
Desde ese día, Hierro se convirtió en un gato muy respetado y admirado por todos los animales del campo. Era un verdadero héroe, capaz de superar cualquier obstáculo gracias a su fuerza, agilidad y astucia.
Y así, Hierro vivió feliz para siempre, cazando ratones y disfrutando de la vida con su dueño y todos sus amigos del campo.
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