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miércoles, 19 de julio de 2023

Homenaje Póstumo a mis amigos de siempre, Willie Amato y Aldo Amato

 


Aldo F. Amato O. (+) y Willie R. Amato O. (+)
 
Con esta pequeña reseña queremos ofrecer un gran homenaje póstumo a Los hermanos Amato Ortiz, Willie Rafael y Aldo Florentino, quienes nacieron en Naguanagua y crecieron en la Avenida 109 cruce con la calle 179A de la Urbanización Santa Ana. Desde jóvenes, ambos hermanos se interesaron por el mundo de los automóviles y la mecánica respectivamente. Willie nació el 29 de abril de 1961, comenzó su carrera trabajando como vendedor de repuestos en una pequeña tienda local, pero su dedicación y habilidades lo llevaron a ascender rápidamente en la industria automotriz. Con el tiempo, Willie se convirtió en gerente de varias empresas distribuidoras de partes automotrices en la región. Su habilidad para liderar equipos y su conocimiento del mercado lo convirtieron en un referente en la industria. A pesar de su éxito, Willie nunca perdió su humildad y siempre se mantuvo cercano a su familia y amigos. Desafortunadamente a la mitad de su vida, se enfermó, pero seguía trabajando con muchas ganas, duró varios años así, hasta que Dios quiso llevárselo con él. Por su parte, Aldo, nació el 26 de Noviembre de 1963, se destacó siempre por su pasión, la mecánica automotriz. Desde joven, pasaba horas desmontando y armando motores en su garaje, aprendiendo todo lo que podía sobre el funcionamiento de los vehículos. Con el tiempo, se convirtió en un experto en su campo y comenzó a trabajar en talleres mecánicos de renombre en la ciudad. Aldo siempre se mantuvo fiel a su pasión y nunca dejó de aprender y experimentar con nuevas técnicas y tecnologías. Aldo era muy admirado y buscado por la gente, debido a su habilidad, destreza y dedicación en su trabajo, hasta que un dia decidió probar suerte en los Estados Unidos, y lo logró, duró varios años trabajando allá, pero lamentablemente se vió muy afectado de salud, lo que lo perjudicó en sus labores cotidianas y al igual que su hermano, a su mediana edad, no pudo completar los sueños de su vida, falleciendo en la ciudad de New York. Los hermanos Amato Ortiz ya no están entre nosotros, pero el legado de cada uno de ellos perdura para siempre entre todas las personas que los conocieron. Serán recordados como hijos ejemplares, excelentes padres y buenos amigos.

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