Había una vez una rana y un sapo que vivían en un estanque.
La rana era muy amigable y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás animales del estanque.
El sapo, por otro lado, era muy egoísta y solo pensaba en sí mismo.
Un día, la rana y el sapo se encontraron con una tortuga que estaba tratando de llegar al otro lado del estanque.
La rana se ofreció a ayudar a la tortuga a cruzar el estanque, pero el sapo se negó a ayudar y decidió seguir su camino.
La rana y la tortuga comenzaron a cruzar el estanque juntas, pero pronto se dieron cuenta de que la tortuga era muy lenta y que tardarían mucho tiempo en llegar al otro lado.
La rana, sin embargo, no se rindió y decidió llevar a la tortuga en su espalda para que pudieran llegar más rápido. Finalmente, llegaron al otro lado del estanque y la tortuga estaba muy agradecida con la rana por su ayuda.
El sapo, que había llegado al otro lado del estanque mucho después, se dio cuenta de que había sido egoísta y decidió cambiar su actitud.
Desde ese día en adelante, el sapo comenzó a ayudar a los demás animales del estanque y se convirtió en un amigo leal de la rana.
Juntos, la rana y el sapo ayudaron a los demás animales del estanque y vivieron felices para siempre.
Moraleja: La amistad y la ayuda a los demás son valores importantes que nos hacen mejores personas.
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