Había una vez un perrito cachorro llamado Puppy, que vivía en una alegre comunidad de animales. Puppy era un hermoso perrito de pelaje color champagne, que siempre presumía de su apariencia ante los demás perritos. Se paseaba con la cabeza alta, luciendo su brillante pelaje y su cola moviéndose de un lado a otro.
Sin embargo, a pesar de su actitud presumida, Puppy era muy querido por todos. Cuando los otros perritos se acercaban a acariciarlo, su corazón se llenaba de alegría. Su ternura era irresistible; disfrutaba de los mimos y siempre respondía con suaves lamidos y saltos felices.
Un día, mientras presumía de su belleza, un pequeño perrito llamado Toby se sintió triste porque no era tan bonito como Puppy. Al verlo, Puppy se acercó y le dijo: "No importa cómo te veas, lo que realmente cuenta es lo que llevas dentro". Desde entonces, Puppy aprendió que ser amado no solo se trata de la apariencia, sino también de la bondad y la amistad.
Así, Puppy se convirtió en un ejemplo de ternura y cariño en su comunidad, recordando a todos que la belleza verdadera está en el corazón.
By Rodolfo Arrayago.
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